Memoria histérica.
El proceso judicial que está intentando llevar a cabo el Sr. Garzón es una necesidad para este querido país. Lo englobo dentro del movimiento que engloba distintos frentes de actuación que se ha venido bien a llamar Memoria Histórica. Ha llegado la hora de dejar a un lado las diversas manifestaciones literarias y cinematográficas para consolidar una postura real de la Sociedad en torno a lo que sucedio durante la, hasta ahora, oscura etapa del franquismo.
Se trata de echar luz a las atrocidades que de manera sistemática se produjeron en España una vez finalizada la Guerra Civi. Del permanente estado de terror que una buena parte de la gente estuvo sufriendo. También es cierto que la persecución fue vivida por una minoría. Me refiero a que muchas familias, o bien eran declarados partidarios del Golpe de Estado, o bien prefirieron no «mear fuera del tiesto» y tragar para poder vivir más o menos tranquilos. El porque se permitió durante tantos años que el regimen franquista campara a sus anchas es una cuestión que enlazo con el silencio de la mayoría. No fueron cobardes, fue una técnica de supervivencia en aquellos tiempos.
Es cierto que en vísperas del estallido de la GC y durante la misma, el estado republicano también uso la violencia. Pues que se investigue a su vez. Que se pongan nombres, fechas, circunstancias y lugares de ajusticiamiento de aquellos que cayeron en manos de los «rojos». Por supuesto. Aunque el grueso de la labor de investigación se da en los caidos durante los 40 años de sometimiento, de dic-ta-du-ra. Democracia orgánica lo llamaban.
Es una labor imprescindible para poner de una vez las cosas en su sitio. Para que España pueda mirar a los ojos a los demás países europeos. Inciso: el estado alemán va a indemnizar a la familia de 9 italianos asesinados por los nacionalsocialistas durante la II Guerra Mundial. No digo que aquí se vaya a hacer esto. Se trata de recuperar del olvido a miles de personas, miles de historias. Saber lo que paso para poder pasar página de una vez. Las heridas siguen ahí, tapadas por una precaria gasa que fue la Ley de Amnistia. La cual se constituyo para ensordecer los ruidos de sable durante nuestra genuina transición.
Hay dos elementos claramente en contra. El Partido Popular, que no se ha enterado que este proceso puede darle la oportunidad de extirpar los componentes franquistas que sospechosamente tienen. Si se liberase podría hacer una política de derechas real. Y no radicalizarse tanto en ciertos aspectos. Lo que haría ganar en salud a esta precaria democracia, puesto que a su vez el PSOE podría pasar a hacer políticas de verdadera izquierda y no de centro (?); que es lo que esta haciendo para poder llegar al poder. Por otro lado la Fiscalía General del Estado. Que insiste en que lo que sucedió fueron delitos comunes (cuando se cometieron de manera sistemática por el regimen… fue un delito de lesa humanidad) y remite al «temerario» juez a la ya mencionada Ley de Amnistía General.
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