Emilios son bombones
Es curiosa la manera con que trato los mensajes que recibo vía internet. Hay momentos los mantengo en espera, sin abrirlos, acumulando deseo hasta el momento que decido saborearlos. Me refiero evidentemente a los emilios que uno recibe de su persona amada.
Aaaah, cuanta superstición, qué manera de manejar los tiempos… qué pajas mentales!!. Dosificando los momentos de placer. Y es que cuando hay distancia, se entra en un mundo etéreo. A golpe de noticias. Me explico: lo natural es hablar las cosas, pero a partir de ahí se entra en una especie de juego de mensajes electrónicos en todo tipo de formatos (sms´s, FB, MsN….). Y yo cada vez que suena el aviso de la llegada de mensajes, me excito, mucho. Es ansiedad. Es Paulov. Un acto reflejo.
El tema está en que no es completa la información que te llega por estas vías. Los matices los pones tú. Como se suele decir, la realidad depende de los ojos con la que se mira. Una misma declaración la puedes interpretar de maneras muy distintas dependiendo de como te hayas levantado ese día.
También está la manera en que se maneja el móvil, invento del demonio. Que no lo coge, que tarda en contestar al mensaje que con tanto cariño uno ha enviado, que si no tiene cobertura, qué coño estará haciendo!!?. Y todo está en la cabeza. Es cuestión de confianza y de salud mental. Pero el que este sano que lance el primer webo, jajaj. En fin, más adelante redondearé este tema.
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